Sunday, September 23, 2012

LA EDUCACIÓN COMO PRINCIPIO DE PREVENCIÓN DE LA VIOLENCIA DE GÉNERO


Stephanie Casadiego
Edgar Castro
Estudiantes X Semestre de Medicina
Universidad de Cartagena
 
La violencia contra la mujer es un problema social. Es un error considerar que envuelve solo a la pareja, ya que puedo afirmar con seguridad que este hecho ha cruzado los limites que antes se consideraban “aceptables” en una sociedad de orígenes patriarcales, en donde el movimiento feminista ha participado en la evolución del pensamiento de los hombres que manejaban nuestras leyes,  logrando con éxito la incorporación de la mujer en el ámbito profesional y laboral. A pesar de ello,  es difícil ignorar que en los países en vías de desarrollo, como el nuestro, aun son las mujeres las que cargan el peso de sostener el hogar con un esfuerzo que pocas veces es reconocido por sus compañeros y por la comunidad en general; esto se da porque  desde Eva, las cosas vienen siendo así. Como afirma María Luisa Maqueda Abreu: “No es una cuestión biológica ni doméstica sino de género (…) que es consecuencia de una situación de discriminación intemporal”[1], lo cual expone claramente la complejidad de hablar de prevención en el contexto en el que muchas víctimas no se reconocen como tal.
 
Como la mayoría de los males, este también se entraña en la pobreza y las limitaciones que supone crecer inmerso en ella. Y parte de la solución es la educación, que es un derecho y por lo tanto no deberían estar comprometidos los recursos destinados a ella, en manos de los corruptos de este país. Sin embargo, la conciencia no es algo a lo que se le pueda asignar un valor monetario, ya que de ella parte la ruptura de un paradigma social que aun venimos sembrando en nuestros niños. Ángel Hernando Gómez en su texto sobre prevención de violencia de género en adolescentes, afirma que a pesar de las altas prevalencias encontradas, el problema aparece como algo invisible[2], y cita algunas de estas estadísticas: En Estados Unidos, una encuesta reciente del CDC (Center for Disease Control, 2006) encontró que un 9.2% de estudiantes de secundaria había sido víctima de violencia, mientras que González y Santana en España en 2001 informan que el 7.5% de los chicos y el 7.1 de las chicas reconocen que en una o más ocasiones han pegado o empujado a su pareja.  Se debe tener en cuenta para el diseño de estrategias preventivas, el vinculo con el llamado “matoneo”, que finalmente actúa como mantenedor y al mismo tiempo se nutre de las relaciones estructurales de desigualdad[3], para que así, estén desarrolladas desde esta perspectiva incluyendo el establecimiento de relaciones cooperativas basadas en la construcción explicita de un currículum de la no-violencia, que según publicaciones de distintos autores, han mostrado ser eficaces para disminuir el sexismo y el acoso entre iguales tanto en la escuela como en el ocio, mejorando además las relaciones con el profesorado[4].
 
Por esta razón se considera que la solución comienza por la educación en la igualdad[2], pero esta herramienta no solo debe ser aplicada a las víctimas o personas con el riesgo de serlo, sino al sistema sanitario que no debe tomar la investigación como mero ejercicio empírico, sino que dicho conocimiento sirva de base para intervenciones oportunas y coordinadas con las instituciones jurídicas y policiales, para evitar que nuestras acciones terminen por aumentar el riesgo y el ciclo de sufrimiento de la mujer maltratada[3]. Es por todo lo anterior, que en cabeza de los profesionales de la salud y de la educación, seguidos por toda la población en general, debemos ser gestores y transmisores de un proyecto educacional que tenga como marco conceptual: La igualdad de género, el buen trato intrafamiliar y las buenas conductas interpersonales, convirtiéndose este en una fuerte base para la prevención integral de la violencia y para un verdadero cambio en nuestra realidad social.
 
BIBLIOGRAFÍA
1.         Abreu, M.L.M., LA VIOLENCIA DE GÉNERO , Entre el concepto jurídico y la realidad social Revista Electrónica de Ciencia Penal y Criminología  Enero de 2006. núm. 08-02: p. p. 02:1-02:13
2.         Gomez, A.H., La prevención de la violencia de género en adolescentes.  Una experiencia en el ámbito educativo. Apuntes de Psicología, 2007. Vol. 25, número 3: p. págs. 325-340.
3.         Izabella Rohlfs, C.V.-L., Actuar contra la violencia de género:un reto para la salud pública. Gaceta Sanitaria, 2003. 17 Nº4.
4.         DiazGranados, M.-J., Sexismo, violencia de género y acoso escolar. Propuestas para una prevención integral de la violencia. Revista de Estudios de Juventud, 2006. Nº 73: p. 38-57.
 
 
 

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