Manuel José Martínez Orozco, MD.
Especialista & Máster en Medicina Forense
MSc. Toxicología
Uno
de los retos más importantes que tiene el médico forense es la investigación de
casos en donde se requiere buscar evidencias y/o elementos materiales
probatorios que permitan llevar al convencimiento de una manera de muerte
suicida u homicida.
Determinar
la manera de muerte suicida con el solo examen del cadáver, en la mayoría de las
veces conlleva a errores que pueden ser graves, primero para los dolientes que
por razones culturales o religiosas no aceptan la conducta suicida y segundo
para el sistema judicial por la posibilidad de que un crimen quede impune.
En
los últimos meses en Colombia, los medios han hecho público algunos casos que
han impactado a la comunidad en donde las investigaciones iniciales orientaron
hacia conductas suicidas hasta el punto que el sistema judicial archivó los
procesos, sin embargo por acción investigativa por parte de los dolientes que
tuvieron que contratar médicos forenses independientes se logró obtener nuevas
evidencias que apuntan a posibles actos homicidas en contravía a lo mencionado
en los informes médico legales oficiales.
La
controversia radica en que si realmente los médicos forenses con el solo
análisis del cuerpo pueden llegar a una conclusión tan importante en uno otro
sentido.
Primero
aclaremos que dentro de los objetivos de la necropsia médico legal se
encuentran:
-
Establecer las causas de la muerte, la existencia de patologías asociadas y de otras particularidades del individuo y de su medio ambiente.
- Ayudar a establecer las circunstancias en que ocurrió la muerte y la manera como se produjo (homicidio, suicidio, accidente, natural o indeterminada), así como el mecanismo o agente vulnerante.
La
causa de muerte hace referencia a la enfermedad o lesión que sufre un individuo
que conducen al fallecimiento; El examen médico forense detallado tanto externo
como interno del cadáver, los estudios de laboratorio de toxicología, las
manifestaciones clínicas previas al deceso, generalmente llevan al médico a
determinar la causa de muerte.
La
manera (modo) de muerte son aquellas circunstancias de modo, tiempo y lugar,
que rodean al hecho que de acuerdo a un análisis conductual de la voluntariedad
permiten llevar a un juzgador a establecer si se trata de un homicidio,
suicidio, accidente, natural o indeterminada.
De
lo anterior se desprende que la causa de muerte es establecida por el médico,
mientras que la manera de muerte se determina después de una investigación detallada
de las circunstancias de modo, tiempo y lugar por parte de los investigadores
que le permitan al Juez llegar a un convencimiento, ayudado por las evidencias
que le pueda aportar el médico forense en un momento dado.
De
acuerdo a la OMS (1976) el suicidio es todo acto
por el que un individuo se causa a sí mismo una lesión, o un daño, con un grado
variable de la intención de morir, cualquiera sea el grado de intención letal o
de conocimiento del verdadero móvil. De allí que la investigación del suicidio del
suicidio comprende:
a. Verificar o descartar
que sujeto tuvo una autoagresión
b. Que el sujeto tenía
un grado variable de intención de morir
c. Que el sujeto conocía
la letalidad del elemento a utilizar
El
análisis detallado de la escena donde fue encontrado el fallecido ayudará a
responder muchas preguntas, por ejemplo: ubicación y posición del cuerpo,
presencia del arma, salpicaduras de sangre, cartas póstumas (computador), posibilidad de acceso de otras personas al lugar
del hecho, presencia de tóxicos, organización
de la escena, etc.
La entrevista judicial a los testigos o posibles testigos es primordial para
obtener información sobre los posibles móviles, antecedentes, hora de los
hechos, amenazas, tentativas previas, etc.
La intencionalidad se investiga a través del análisis del comportamiento del sujeto en las fechas previas al hecho, el cual en la gran mayoría de los casos viene precedido por diversas situaciones complejas, tales como el desempleo, la pérdida de seres queridos, una discusión, la ruptura de relaciones, problemas jurídicos, laborales o laborales. Los antecedentes familiares de suicidio, así como el abuso de alcohol y estupefacientes, y los maltratos en la infancia, el aislamiento social y determinados trastornos mentales, como la depresión y la esquizofrenia, también tienen gran influencia en numerosos suicidios. Las enfermedades orgánicas y el dolor discapacitante también pueden incrementar el riesgo de suicidio.
Tatuaje encontrado en hombre suicida
Existen
algunas evaluaciones psiquiátricas forenses que exploran la probabilidad de
intención, como lo es la autopsia psicológica, que no es más que la
identificación de los factores de riesgo suicida, los rasgos de personalidad y las
conductas premonitorias que muchas veces dejan los suicidas a través entrevistas
realizadas a personas que estuvieron en contacto con el fallecido en los meses
previos al fallecimiento.
Por
tal motivo, cuando un funcionario judicial decide archivar un proceso
investigativo fundamentado solo en un informe de necropsia sus posibilidades de
yerro son altísimas, pues deja de lado que la investigación del posible
suicidio comprende el análisis de la escena, la información de testigos, el
grado de intencionalidad y el
conocimiento de la letalidad del móvil utilizado.
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